¿QUÉ PUEDE APORTAR LA TECNOLOGÍA A LA ENSEÑANZA DE LENGUAS?
Actualmente, el mundo es cambiante, complejo y se mueve más veloz que nunca. Es precisamente esta volatilidad del mundo digital lo que nos hace plantearnos que puede aportar la tecnología en concreto a la enseñanza de lenguas. La educación tiene que estar alineada con el panorama actual, como lo menciona Aretio, “aparecen nuevos puestos de trabajo o se transforman otros, para los que se requieren determinadas y nuevas habilidades, generalmente digitales” (2019, p. 13). Vivimos en un mundo incierto en el que no sabemos con certeza cual será nuestro trabajo en un futuro no muy lejano, pero sí sabemos que tenemos que desarrollar una competencia digital para poder hacer frente a esta realidad.
Ahora bien, uno de los objetivos del MCER es instar a los estudiantes a utilizar los materiales disponibles (en la actualidad muchos en Internet) para fomentar la autonomía y el aprendizaje para toda la vida, por ello nos damos cuenta que el uso de la tecnología no es ya una opción más en las clases de idiomas, se convierte en una parte necesaria para complementar el proceso de enseñanza aprendizaje en las diferentes modalidades (presencial, blending, e-learning). Es importante invitar a los alumnos a ser curiosos y preguntarse constantemente: ¿de dónde viene la información, ¿cómo puedo utilizarla para desarrollar mis competencias comunicativas? De esta forma podremos promover la autonomía y satisfacer esta necesidad de formación continua.
Un aspecto fundamental de la incorporación de las TIC en el aula es poder ser consecuentes con nuestra cotidianidad. Utilizamos la tecnología en muchas de las tareas de nuestra vida cotidiana, por tanto debemos brindar la posibilidad a nuestros alumnos de llevar a cabo las tareas o actividades de forma digital. De esta forma podemos mantener ese equilibrio entre el ámbito personal de los alumnos y el ambiente de clase, lo cual a su vez puede resultar indispensable para la motivación de los alumnos.
La incorporación de la tecnología permite llevar a cabo procesos comunicativos en los cuales, dado el carácter ubicuo de la tecnología, podemos interactuar colaborativa y flexiblemente y por ello lograr la implicación de nuestros alumnos. Podemos utilizar desde redes sociales, distintos programas hasta aplicaciones para realizar debates en vídeo, diferentes tipos de evaluación, distintas formas de proporcionar retroalimentación a los estudiantes así como trasmitir a los alumnos motivación y seguridad para trabajar con la tecnología. Todo esto propicia el desarrollo de las diferentes destrezas y competencias por parte de los alumnos.
En conclusión, la tecnología como parte del aprendizaje en una clase de idiomas puede proporcionar a los alumnos no solo las herramientas (las cuales evidentemente estarán en constante renovación y cambio), pero también bases importantes para propiciar un ambiente de clase donde los alumnos estén cómodos y motivados. Asimismo, la incorporación de la tecnología podrá dotarlos de ese pensamiento crítico y habilidades colaborativas para discernir cuales fuentes de información son las apropiadas para continuar su aprendizaje tanto fuera como dentro de la clase.
Referencias:
Billeto Editorial. 2017. VR Painting @ Trailerpark I/O. Accesada de: https://unsplash.com/photos/YvLd3xbo0ac
Aretio, L. G. (2019). Necesidad de una educación digital en un mundo digital. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 22 (2), 9-22.
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